Una menor conflictividad entre trabajadores y empresas muestran cifras de prácticas antisindicales
La Dirección del Trabajo (DT) y los empleadores tienen una tasa de fracaso bajo el 50% y en el caso de los sindicatos, el porcentaje es del 63%.
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La conflictividad entre las empresas y las organizaciones ha ido a la baja en los últimos años. Eso es lo que arrojó una investigación del Observatorio Judicial, que analizó el comportamiento de las causas por prácticas antisindicales entre 2015 y 2021.
El estudio, que revisó 869 casos, constató que ha existido una disminución en los ingresos de este tipo de denuncia en los tribunales laborales, pasando de 601 a 321 entre los años considerados.
En la actual legislación laboral, se define a las prácticas antisindicales como acciones del empleador que atentan contra la libertad sindical. A modo de ejemplo, algunas se refieren a obstaculizar la formación o funcionamiento de sindicatos, ejecutar maliciosamente actos para alterar el quórum de un sindicato o despedir a trabajadores por haber manifestado su intención de sindicalizarse, entre otras.
Las sentencias
Sobre la forma en que terminaron las causas por prácticas antisindicales en los tribunales durante el lapso 2015-2021, se observa que las conciliaciones han disminuido de un 47% en 2015 a un 24% en 2021, es decir, de 261 a 103.
En paralelo, las sentencias han aumentado en nueve puntos porcentuales, desde 24% a 33%; y los avenimientos, acto por el cual las partes vinculadas a un proceso convienen en terminar el juicio estableciendo las condiciones que cada parte ha de cumplir, pasaron de 8% a 15%.
En relación al resultado de los fallos, el primer dato ilustrativo es que el 55% fue rechazado, es decir, el juez laboral determinó que no existió o no se logró probar alguna acción que vulnerara la libertad sindical.
En números, esto significa que, de 869 sentencias, en 480 oportunidades se desestimó la denuncia, en 333 se acogió y en 56 casos se acogió parcialmente.
Al mirar los resultados según el tipo de denunciante, se ve que la Dirección del Trabajo (DT) y los empleadores tienen una tasa de fracaso bajo el 50%; y, en el caso de los sindicatos, el porcentaje es del 63%.
En otras palabras, las denuncias que provienen de los sindicatos son más rechazadas que, por ejemplo, las que interpone la DT, por una diferencia de 15 puntos porcentuales.
De hecho, durante los años 2015 y 2016 los sindicatos tenían una tasa de rechazo del 56% y 45%.
Sin embargo, a partir de 2017 se produjo un cambio de tendencia, ya que la tasa de rechazo aumentó al 67% e, incluso, superó el 70% en los años 2018 y 2021.
Dicho de otra forma, 2/3 de las denuncias interpuestas por los sindicatos fueron desestimadas por los jueces laborales.
Impacto de la reforma laboral
De acuerdo con el informe, estos datos sugieren que estaría funcionando lo que se buscó con los cambios introducidos por la Ley nº 20.490 -la reforma laboral de la expresidenta Michelle Bachelet que entró en vigencia en 2017-, que dentro de sus objetivos buscó legitimar un sistema institucional que permita procesar el conflicto laboral al interior de las empresas, generando un procedimiento que contiene un conjunto de incentivos destinados a promover el diálogo directo entre las partes.
“Precisamente, los datos analizados sobre la PAS parecen avalar que este objetivo se ha cumplido, dado que las denuncias por prácticas antisindicales se han reducido a la mitad. También permitiría explicar la caída de la conciliación y la evolución de los resultados de los sindicatos”, dice el estudio.
Según la investigación, si la ley mejoró efectivamente los mecanismos de relación entre los sindicatos y el empleador, “es posible que un porcentaje de las denuncias posteriores a la reforma respondan a medidas de presión sin fundamento jurídico, y esa instrumentalización quede en mayor evidencia”.
De ahí, agrega el documento, es posible entender la caída en la conciliación, dada una mayor expectativa y confianza en que los tribunales desestimarán las denuncias por carecer de fundamento.
Para el investigador del Observatorio Judicial y autor del informe, Juan Francisco Cruz, es muy probable que la pandemia gatillada por el Covid-19 a partir de 2020 también haya contribuido a un ambiente de cooperación entre los trabajadores y empleadores para enfrentar una situación límite.
Sin embargo, destaca que los datos muestran que la disminución en los ingresos por prácticas antisindicales comienza a ocurrir desde 2017.
“Es un fenómeno previo a la pandemia, cuya posible explicación sea la modernización de la legislación laboral” asegura.